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APUNTES DE UNA MISIÓN
por Mercedes Ramos Pedroche
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Me hubiera gustado tener una foto con los misioneros, para poder recordar sus rostros con el paso del tiempo, (alguna hay) pero los he grabado en mi alma que es donde van a estar hasta la eternidad.

Me llamo Mercedes, y para no olvidar lo que he vivido y sentido durante estos días, me dispongo a escribir estos apuntes que me ayudaran a recordar siempre esta experiencia que ha removido mi vida.

Era un jueves 21 de enero, en la misa de presentación de los misioneros, todo es expectación, parece que nos van a aportar frescura, porque tienen un estilo dinámico y nos han dicho que soplan vientos nuevos, pero todavía es pronto, no los conocemos.

Al día siguiente, nos adjudican a cada lector, una casa donde realizar la asamblea, ¡esto ya está en marcha.!

Es sábado, por la tarde en la misa bendición de hogares y el envío como misioneros. Es una celebración emocionante, nos han puesto la cruz, que todavía no me he quitado. Para ser misionera, Señor, ayúdame. Me han dicho que la casa a la que voy encierra algún problema .Ir como “Misionera” me produce temor y temblor y a la vez  una sensación que no he experimentado antes.
 
Ha empezado una nueva semana. Esta semana será decisiva, por las mañanas las celebraciones de la Eucaristía misionera, y por la tarde las asambleas. Estoy contenta con mi asamblea, no es tan numerosa como otras, pero es rica en aportaciones. Las personas que la forman no son muy asiduas a la Iglesia pero hablan de ella con respeto, aunque plantean cuestiones que me exigen dar la cara. No es muy estable, van y vienen personas, pero  se ha creado un clima de hermandad, de igualdad, todos participamos sin prejuicios. Se sienten invitados por el Señor.  Experimento dos sensaciones, una de gran satisfacción, me han dicho que solo siguen si es conmigo, esto me enorgullece, pero a la vez me produce una profunda responsabilidad. Ser enviado de tu mensaje y de tu vida, me exige tomarme en serio la mía. Los misioneros  me están ayudando a ello.
 Por las mañanas, los que trabajamos vamos a misa a las ocho, allí hemos conocido a Arsenio, Hoy ya me ha encomendado una misión nada más llegar: hay que llevar la comunión a una vecina con la que ha quedado después de misa, pero él no puede ir. Tal y como me pide, voy a visitarla, la mujer está enferma, pero a la tarde se va a celebrar una asamblea en su casa y quiere comulgar. Hay niebla, te llevo en mis manos Señor, de entre la niebla ha surgido tu luz, tu claridad que ha iluminado el rostro de ella y me ha contagiado a mi. Es el primer beso que doy hoy, es un beso cálido, agradecido que me estremece  y me llena de ternura. De mi boca surge el salmo Oh Dios, tu eres mi Dios, por Ti Madrugo. GRACIAS POR TANTA GRACIA. Hoy empiezo el día con una calidez distinta.

El día siguiente tenemos que llevar la Biblia a la celebración de la Eucaristía. Yo llevo la Biblia de mis padres, en la que ellos han leído tu Palabra, la misma que nos han enseñado a leer, a escuchar y a vivir. Es la misma Biblia en la que mi madre ha escrito en sus primeras páginas el recorrido en la fe de nuestra familia, es más que un libro, es una historia de amor entre Dios y nuestra familia. GRACIAS SEÑOR POR TUS PALABRAS DE VIDA.

Hemos llegado al miércoles, hoy nos toca presentar algún símbolo que nos identifique, anoche rebusque entre mis recuerdos y encontré lo que buscaba, mi concha de peregrina. Me identifico con ella porque representa el camino que recorro en permanente peregrinación hasta Ti, Dios mío. Estos misioneros con su frescura, con su carisma me han hecho cuestionarme si hay otras formar de caminar por esta tierra-Hoy he experimentado también la alegría de ser cristiana, en la mañana cuando me dirigía a la ermita, como ocurre otras mañanas, había niebla, estaba baja y solo se dejaba ver cual faro en la noche, la cruz de la iglesia, y al son de la campana, surgían por todas partes, de entre las tinieblas gentes del barrio y de lejos, convocados en tu nombre. Ha sido emocionante. GRACIAS SEÑOR, POR ESTAR PRESENTE EN LA EUCARISTÍA

Van pasando los días, estamos a jueves, hoy ha sido especialísima la celebración para mí. Teníamos que traer escritos en sendos papeles, los nombres de los vivos y los difuntos por los que queríamos pedir al Señor. En el papel de los vivos, junto con mis enfermos, aquellos que necesitan del amor de Dios. En el papel de los difuntos, he escrito el nombre de mis padres, no podía ser de otra forma, mi padre Paco, que hace tantos años que murió y que recuerdo tan entrañablemente, del que recuerdo el habernos enseñado a quererte como él te quería, Señor. Mi madre Josefina, que ha fallecido en el último año, y que gracias a ella he descubierto el sentido de la vida y de la muerte de Cristo. Este es el gran misterio morir para dar vida, entregar tu vida para que otras  personas también la puedan tener, no ha sido fácil, pero cuánto agradezco al Señor esta oportunidad.

Esta mañana me llena de melancolía, pero no de tristeza. Comienza una nueva jornada. GRACIAS, SEÑOR, POR MIS PADRES, QUE ME ACERCARON A TI
Ya estamos en viernes, la semana se nos ha pasado volando, sin parar pero apasionados por esta misión. Esta noche ocurre algo importante, vienen a casa Mamen y Nico, desde primera hora de la tarde, ya estoy atareada, una ilusión grande me recorre el cuerpo Me han dicho que son muy majos, y no se han equivocado. Después del concierto los recojo y vamos a casa, allí hablamos, cantamos y la tertulia se prolonga. ¡Estoy tan feliz! Qué fácil es comunicarse con los hermanos, aunque acabemos de conocernos. Este ha sido otro gran regalo de la Misión. GRACIAS DE NUEVO A LOS MISIONEROS Y A CRISTO QUE NOS HACE HERMANOS.                                                                      

Hoy es sábado. Por la tarde ha sido la carrera de la misión, me ha alegrado la frescura que ha aportado a las calles ver correr a los misioneros y a los sacerdotes de la parroquia.Por la noche, una gran Eucaristía, en la que cada asamblea aporta el símbolo de cómo se han sentido durante esta semana. Nosotros llevamos el abanico, el aire fresco, que movidos por la mano de Cristo, ha llenado nuestras vidas en estos días de encuentro compartido. La iglesia está a rebosar, y entre sus bancos una imagen impresiona mi retina, imagen para recordar, para meditar y para dar gracias por ella. Todos los miembros de mi asamblea han venido y se han sentado juntos, y además están felices. El Señor, a través de mí, hace cosas grandes. GRACIAS SEÑOR POR ESTA MISIÓN.

Ha finalizado esta semana de gran intensidad, yo estoy rebosante de alegría, de emociones contenidas y de deseos.
  
Comienza una nueva semana de misión, por delante experiencias y vivencias por descubrir, las iremos descubriendo día a día. Aquí no se sabe nada, todo es un misterio, eso está bien para los que queremos tenerlo todo atado, me gusta vivir cada día la novedad.

En esta semana, hemos continuado las eucaristías de la mañana, ya nos conocemos, somos casi siempre los mismos. Nos saludamos al llegar, somos como una pequeña familia que se reúne alrededor de la mesa para empezar el día. Una de las  mañana, los animadores, hemos dicho nuestro nombre y hemos manifestado ante la comunidad que creemos en Dio, ha sido un gesto sencillo,  pero lleno de hondura. A mi me ha hecho plantearme en serio lo que implica creer en Dios y decirlo públicamente.

A partir del lunes, los misioneros van a visitar los colegios, conmigo viene Pablo, pasa por las clases y es acogido con aclamaciones. Me voy a poner celosa. No es verdad, yo entiendo que para los alumnos yo soy lo de siempre y él es algo distinto de lo habitual, además a mí también me hace crecer la experiencia de escucharlo. Les habla de Perú, del amor de Dios, de ser misioneros en su mundo, y les enseña una canción, que desde entonces se ha hecho música dentro de mí, y la canturreo a todas horas. GRACIAS, SEÑOR, POR MI TRABAJO PORQUE CON EL PUEDO ACERCAR A LOS NIÑOS A TI.

Por la tarde del lunes la primera de las celebraciones. Alrededor del cirio pascual, de la luz de Cristo Resucitado, hemos atado unas cintas con los nombres de todos los miembros de las asambleas, nuestros nombres han servido para formar, partiendo de Jesús una iglesia bajo la cual cabemos todos. La celebración es una pasada, las fotografías se multiplican .Esto es digno de ser visto y de ser vivido. ¿Qué nos esperará mañana? De momento nos han pedido que traigamos cada asamblea una vela decorada, y cada persona su propia vela.

Estamos en la celebración del martes, hemos llegado con tiempo porque la iglesia se llena, en el altar un caldero vacío. ¿nos irán a dar de comer? Hoy no pero todo se andará. Hoy es el día de la luz. En el caldero han encendido un fuego que no se extingue como la zarza de Moisés, de él los animadores hemos encendido la vela, y de ella hemos repartido la luz a toda la iglesia, a la comunidad aquí reunida para sentir el fuego del amor de Cristo, que cuando nos quema derrite nuestras frialdades. Quiero que me abrase tu amor, que me queme de misericordia, para poder ser testigo de tu infinita bondad. Ilumíname, Señor, con tu Espíritu y transfórmame. Voy sintiendo que el señor me pide que trasforme mi vida, pero ¿cómo?¿dónde?

En esta noche, los jóvenes van a recoger la cruz que recorre nuestra diócesis. Quiero ir con ellos. Los jóvenes, Señor, Tú sabes que me siguen inspirando preocupación y a la vez una gran esperanza en un mundo mejor, he trabajado tanto con ellos y por ellos que soy muy sensible a su realidad, y tu Cruz, símbolo de tu entrega sin límites. Necesito saber si puedo hacerlo, sabes de mis problemas para caminar, pero me siento fuerte, En ti, podré. Hacemos el camino cantando, (aunque no lo hago muy bien) orando, pasando frío, pero lo he conseguido, ya estamos en el pueblo. Me encuentro y me siento bien.

Hoy es miércoles, voy a vivir otro de los grandes momentos de la misión. En la tarde, he pasado por la exposición de Santa Ana, me preocupa que necesiten algo, que tengan frío .Yo he visto de montar la exposición, se lo que hay en la sacristía, pero  quiero experimentarlo. He entrado con los ojos cerrados, cogida de la mano de Joaquín, como el ciego del camino, he puesto mi confianza en él, es bueno fiarse, es una buena práctica  la de confiar, para abrirse a  la experiencia que va a suceder dentro. Cuando he tocado sin ver, la imagen de Cristo  muerto de amor por mí, un escalofrío ha recorrido mi cuerpo algo ha  hecho temblar mis entrañas, me he colocado en su pecho, como el apóstol amado, después me he acurrucado bajo el costado del que brotó sangre y agua, del costado del que nace la Iglesia,así he dejado pasar un tiempo en el que sentido que sus brazos me envolvían, las lágrimas ha aflorado a mis ojos y me ha brotado una oración: Señor mío y Dios mío, ayúdame a encontrar tu cuerpo llagado y flagelado en tantos cuerpos masacrados, y en tantos pobres y desvalidos que son los destinatarios de tu misericordia. GRACIAS, SEÑOR, POR HACERME SENSIBLE AL SUFRIMIENTO DE LOS HERMANOS.

Al atardecer, una nueva celebración. Hoy nos hablan del amor de Dios.me quedo con varias ideas, el amor de Dios es cercanía, amar a Dios es amar a los hermanos como a nosotros mismos, nos tenemos que querer porque  hemos sido creados por amor, y eso lo concretamos en el amor por los necesitados. Hemos llevado  a la celebración unos cestos grandes vacíos , y cual panes y peces de la multiplicación, los cestos se ha llenado, para nuestros hermanos más necesitados. El amor de Dios en los corazones de los que hemos participado de la celebración, se ha multiplicado y se ha hecho generoso.

Hoy es jueves, día que recordamos la institución de la eucaristía, vamos a poner una mesa de fiesta, como la de las grandes celebraciones, en la que no falte de nada: manteles, vajilla, cubiertos, vasos, flores, frutas, dulces y el pan y el vino. Toda una fiesta, y vamos a recordar que somos invitados a este gran banquete, con una pequeña representación.La Iglesia hoy es una fiesta de verdad, hemos repartido el pan, el vino y los dulces que hemos traído entre todos, y hemos podido comer y beber y sentir que pertenecer a esta Iglesia es algo gozoso. Hoy no hay monotonía (no lo ha habido en los últimos días) ni silencio, hay algarabía y mucho júbilo, no en vano estamos de jubileo. Antes de empezar la comida, hemos cantado con gestos una canción que habla de la Comunidad, que yo había aprendido en el colegio, ha sido muy hermoso ver a tanta gente cantando como niños.

Vamos, poco a poco, avanzando en la semana, y hemos llegado al viernes. Hoy  vamos a tener una celebración penitencial. Hoy el símbolo es precioso, tenemos un árbol con ramas secas, que después de recibir el perdón, llenaremos con pequeñas ramas verdes, que cada uno aporta y el árbol parece que florece, como florece la vida restituida por el perdón.

Nos han recomendado, que no es este el momento de entretenernos mucho en la confesión, la iglesia está a rebosar y no se puede alargar la celebración. Yo he preparado mi examen de conciencia para ser breve, me he puesto en la fila que me ha tocado y entonces otro momento  mágico y don ofrecido por el Señor: he sentido, como dice el Papa Francisco, que el ministro me estaba esperando  para amarme, perdonarme y ofrecerme la misericordia de Dios. Él parecía no tener prisa.

Después de llevar mi rama verde al árbol, me senté en mi sitio y no pude contener las lágrimas,  pero Señor, me has hecho vulnerable ante tanto amor derramado. GRACIAS POR ESTOS MISIONEROS DEL PERDÓN Y DE LA MISERICORDIA SIN LÍMITES.

A continuación, la adoración de la cruz con los jóvenes. Voy pero sin intención de interferir en el acto, aunque he podido también adorar la cruz. Tu Cruz, la que has abrazado voluntariamente, en la que has hecho nuevas todas las cosas. Abrazo la cruz y te pido que hagas nueva mi vida, algo ha cambiado dentro de mí en estos días, y no puedo ni debo hacer oídos sordos. También te pido por los jóvenes, me ilusiona verlos adorarte, he compartido con otros tantas celebraciones, que estar aquí, me rejuvenece. Es hora de descansar, el día ha sido fuerte en emociones, mañana hay que caminar, creo que voy a poder, estoy entusiasmada.

Es sábado, el último día de este tiempo de gracia que hemos vivido, la mañana ha amanecido muy hermosa, es resplandeciente. Nos hemos reunido en el Calvario, somos un número importante y llevamos en las manos dos flores para ofrecer a María. Hemos iniciado el camino rezando el rosario, da gusto ir por el campo, huele a tierra, a hermanos en marcha, a madre. La creación en este pequeño rincón, nos ofrece un hermoso espectáculo de colores y sonidos de la mañana Alegre la mañana que nos habla de Ti. La celebración de la Palabra, ha sido muy emotiva, con el canto del Ave María del Padre Damián incluido, de nuevo ojos rasados de agua y los móviles grabando como locos.
 DOY GRACIAS POR LOS SACERDOTES DE MI PARROQUIA, QUE NOS HAN OFRECIDO ESTA OPORTUNIDAD, Y PIDO A LA VIRGEN QUE LES AYUDE EN EL CAMINO QUE LES QUEDA POR DELANTE

Hemos llegado al final de la misión, estamos en la Eucaristía de la Clausura, el pueblo ha venido a la Iglesia, a despedir a estos misioneros, que tanto dejan en nuestras mochilas para el viaje, que vamos a emprender. Hemos venido vestidos de blanco,  de nuevo estamos de fiesta, de celebración de acción de gracias. De esta celebración, algunas imágenes pera recordar: Juan Carlos y Ángel, regando lo que entre todos, hemos sembrado, segunda imagen, Cristo abrazado al payaso que le ha entregado su corazón, recuperando la alegría, por último los misioneros portando la cruz, que han dejado como regalo a la Parroquia, Tu cruz, símbolo que nos identifica a los cristianos, tu amor, tu entrega, tu REDENCIÓN, ¡Benditos redentoristas!.

¡Cuántos mensajes para registrar en la cabeza y en el corazón, cuántas imágenes en la retina y cuántos sentimientos grabados en el alma!

A la hora de la despedida, abrazos emocionados y una palabra en los labios GRACIAS. GRACIAS MIGUEL, PABLO, ARSENIO, DOMINGO, DAMIAN, JOAQUÍN Y JUAN BAUTISTA. Sabéis que habéis hecho una buena misión, lo haréis en todas partes, pero vuestra fe, vuestra fuerza, vuestra espontaneidad, vuestra frescura, vuestro testimonio y vuestro convencimiento y vuestra cercanía han obrados milagros en algunas personas. Yo lo he visto.

Señor, nos queda un largo camino por delante. Hoy mi vida es de otra manera. He vivido contigo, Señor, o mejor dicho de Ti, de tu palabra y para TI. He estado contigo en el Tabor, te he visto resplandecer en mi vida, pero del Tabor hay que bajar.

Contamos con la oración  y con la intercesión de María, madre del perpetuo Socorro.

Hasta aquí, mis sentimientos de esta misión, ha habido muchos más, más encuentros, más conversaciones, más ratos felices compartidos, pero estos sentimientos que me hacen ponerme en oración, no quería que se perdieran en la memoria.

GRACIAS SEÑOR, POR ESTA GRACIA, HÁGASE EN MI SEGÚN TU VOLUNTAD.

Campo de Criptana, 11 de febrero de 2016
Festividad de María, nuestra señora de Lourdes, Día del enfermo.